El cuento es uno de los géneros literarios más antiguos. De hecho existen desde hace mucho tiempo; antes de que se inventará la escritura.
Esos primeros cuentos son los que se llaman cuentos populares.
Estos cuentos se caracterizan porque se han transmitido de generación en generación de forma oral, es decir, se han ido contando de padres a hijos. Así, a través de ellos se ha transmitido gran parte de nuestra historia y nuestras creencias.
Los cuentos populares existen en todo el mundo, y a veces podemos encontrar distintas versiones del mismo cuento en lugares que están muy apartados entre sí, incluso en distintos continentes.
Otra característica de este tipo de cuentos es que normalmente no tienen autor conocido, no se sabe quién los inventó, y por eso se dice que son anónimos.
Todos los cuentos tienen un título que nos da pistas sobre el tema del que trata y así nos podemos imaginar de qué va la historia.
Otro elemento que no puede faltar en ningún cuento son los personajes. Entre ellos siempre está el narrador, que suele ser la persona que escribe o cuenta el cuento. El resto pueden ser uno o varios, reales o imaginarios, niños, niñas, adultos. También los personajes pueden ser animales que adoptan la personalidad de humanos u objetos que cobran vida, como por ejemplo teteras que hablan.
Muchos cuentos tienen en el fondo de su historia una enseñanza que quien lo inventó quería transmitir. Es lo que se llama moraleja.
Esos primeros cuentos son los que se llaman cuentos populares.
Estos cuentos se caracterizan porque se han transmitido de generación en generación de forma oral, es decir, se han ido contando de padres a hijos. Así, a través de ellos se ha transmitido gran parte de nuestra historia y nuestras creencias.
Los cuentos populares existen en todo el mundo, y a veces podemos encontrar distintas versiones del mismo cuento en lugares que están muy apartados entre sí, incluso en distintos continentes.
Otra característica de este tipo de cuentos es que normalmente no tienen autor conocido, no se sabe quién los inventó, y por eso se dice que son anónimos.
Todos los cuentos tienen un título que nos da pistas sobre el tema del que trata y así nos podemos imaginar de qué va la historia.
Otro elemento que no puede faltar en ningún cuento son los personajes. Entre ellos siempre está el narrador, que suele ser la persona que escribe o cuenta el cuento. El resto pueden ser uno o varios, reales o imaginarios, niños, niñas, adultos. También los personajes pueden ser animales que adoptan la personalidad de humanos u objetos que cobran vida, como por ejemplo teteras que hablan.
Muchos cuentos tienen en el fondo de su historia una enseñanza que quien lo inventó quería transmitir. Es lo que se llama moraleja.
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